La 11 División Panzer se estrella contra la Squadra Azzurra.

Imagen tomada de la Gazzetta dello Sport

Italia muestra el rostro rejuvenecido de su calcio, y con excelente gol de Giuseppe Rossi, al minuto 80 de juego, empata 1-1 con Alemania en su feudo de Dortmund, empate que juzgo como benévolo para la squadra de Loew ya que el silbante holandés Braamhaar le ha negado una pena máxima neta a los azzurri.

Partido que ha enfrentado entre sí a la revelación y a la decepción de la pasada Copa del Mundo. El destino lo ha querido así. Y la historia nos dice que Alemania tiene atravezada en la garganta a Italia ya que 15 años hace que no vencen a los azzurri, y como quiera que bajo el puente corre el agua tampoco esta vez han sabido derrotar a un rival que le tiene la medida tomada.

De entrada Loew hizo formar a los panzer con un 4-2-3-1, mientras que Prandelli se decidió por un 4-3-1-2 que nos trajo algunas novedades en cuanto a posicionamiento en el campo y recursos humanos: Ranocchia y Bonucci como centrales, Chiellini de lateral por izquierda, el debut en la azzurra de Thiago Motta en el centro del campo, y Pazzini y Cassano como socios de ataque.

El inicio del partido hizo presagiar nubes negras sobre el horizonte de la azzurra, ya que Alemania era muy veloz en ataque, Podolski, Ozil y Mueller se internaban con facilidad entre las líneas del mediocampo y la defensa, y el propio mediocampo italiano era preso de una lentitud pasmosa. Así llega, al minuto 17, el gol alemán, de bella factura: túnel de Mueller, taco de Ozil, y definición de Klose ante la salida de Buffon que aunque desvia con el pié no puede evitar que la palla vaya a dormir al fondo de las redes.

Pero después de la media hora de juego, al grito de ''Italia, Italia'', que bajaba desde la derecha de la tribuna ocupada por tifosi italianos, los azzurri comienzan a sacudirse del yugo alemán. Chiellini por izquierda y Cassani por derecha. De Rossi por el centro. Sube el volumen de juego italiano y comienzan a sucederse buenos toques, triangulaciones, y un movedizo Cassano que sabe aguantar la esférica, buscar los espacios, y que incluso le gana la espalda a Mertesacker y Aogo que desvía con un brazo el disparo de Cassini; clara pena máxima en la que el silbante se hace el autista.

Ya en el Segundo Tiempo, Italia salta al rectángulo de juego con Borriello y Rossi, cambio que se justifica de inmediato cuando Borriello hace una gran tiro en diagonal desde la izquierda que obliga a Neuer a hacer una gran parada, y Rossi comienza a pendular entre el frente de ataque y la zona de volantes  llevando peligro. Luego a los 63' entra Aquilani en sustitución de un gris Thiago Motta, y prueba junto con Montolivo desde fuera del área pero sin encontrar el arco rival. A los 74' y a los 78' Prandelli hace ingresar a Giovinco, que debutaba así con la nazionale assoluta, y a Criscito, en reemplazo de Mauri y Chiellini, respectivamente.

Así a los 80' llega el 1-1 final, que prolonga la paternidad italiana sobre los teutones, por intermedio de Rossi, el joven atacante italiano nacido en los Estados Unidos de América, quien aprovecha un pase en profundidad de Criscito, evita por muy poco el fuera de juega y bate por bajo a Neuer en segunda oportunidad.

Empate con sabor a victoria. Sufrido, pero con justicia. Permite olvidar el horrible episodio de la Copa Confederaciones y la Copa del Mundo, permite reencontranos con nuestro calcio y con nuestra idiosincracia, y permite -sobretodo- soñar con un futuro tutto azzurro.

Dejo para el final del análisis la labor de Ranocchia, tal vez un nuevo Nesta. Para ser un muchacho de 22 años tiene una inteligencia táctica y una seguridad en el centro de la zaga increibles. Desde la Under 21 azzurra ya se entreveía su potencial, potencial que ya es toda una realidad para fortuna de la beneamata Italia.

Y qué decir de Thiago Motta? pésimo ha estado. En la Serie A tenemos sin duda mejores valores que él, Palombo por solo citar a uno de ellos.