Te lo pedimos Señor... Ferrara abandona el barco ya!

Esta noche Dios no se colocó la maglia bianconera debajo de la remera, la Juve tropezó 0-3 en el Stadio Olimpico y el AC Milan se confirma como la única squadra capaz de convertirse en ese bienaventurado anti-Inter que pueda quitarle el Scudetto al odiado club italiano, que extrañamente no alinea jugadores italianos en su formación titular.

 De entrada, antes del calcio d'inizio, la primera bronca: Ciro Ferrara plantea sobre el verded césped del Olimpico un 4-4-1-1 -demostrando con ello su temor por el Milan-, módulo táctico que no ha funcionado contra el Bayern Munchen, el Bari y el Parma, y que no podía funcionar contra un Milan que  en la anterior jornada liguera parece haberle añadido algunos caballos de vapor a su máquina de hacer fútbol. Del Piero de nuevo otra vez a la banca, y Amauri como el solitario hombre adelantado, y en alarmante baja forma de juego. Lo temido: Felipe Melo y Poulsen en el medio campo... con ellos y con Marchisio y Salihamidzic es poca la creatividad necesaria en una zona medular que está supuesta a manejar los hilos conductores de un partido de fútbol.

En la panchina de la squadra visitante estaba Leonardo, de nuevo con el tridente Ronaldinho - Borriello - Beckham -ya se nos respeta ''tan poco'' que no solo piensan en llevarse un punto de oro del Olimpico si no los tres puntos en disputa-, y con un exquisito Pirlo, que era duda antes del partido, junto con Ambosini en la creación, teniendo a Antonini y Gattuso en la destrucción.

Al final, con gol de Nesta y doppietta de Ronaldihno, el Milan pasó el examen de Torino con un ''aprobado'', la nota no era ''excelente'' porque no fue un partido espectacular -decir que fue un partido mediocre no creo que me haga merecedor del infierno-, pero las palmas se las llevan los rossoneri porque jugaron contra una Juve que jugó con diez defensores detrás de la línea del balón y con un pressing asfixiante, y lo resolvieron muy bien a su favor.

El partido en sí no fue jugado con un ritmo trepidante, si no a un ritmo lento, ritmo pausado que le impuso el director de orquesta Pirlo, sin duda el mejor jugador en el rectángulo de juego. El Milan sin Pato pierde en velocidad, pero con el tridente las defensas rivales literalmente enloquecen cada vez que Ronaldihno, Borriello y Beckham cambian de perfil porque con esa movilidad a tres bandas las marcan se pierden. En el segundo tiempo, estando abajo en el marcador 0-1 por el gol de Nesta, los tifosi juventinos en las gradas y plateas protestaban ruidosamente -en parte por estar por debajo en el marcador, en parte por el juego poco fluido y trabado en el centro del campo, en parte por el triste espectáculo bianconero-, e invocaban, furibundos, el nombre de Del Piero, pero ni siquiera el ingreso a los 60' de pinturicchio cambió el desarrollo del partido.

No estoy en la piel de Ferrara, pero de estarlo seguramente sería la única forma de comprenderlo cuando, luego de esta fea derrota, le comunicó a la prensa ''non lascio la barca''. Dudo que Ciro no sea capaz de comprender que él junto con la inepta directiva bianconera son los culpables de esta pérdida de indentidad del club... antes de ayer, ayer, y hoy, tres pasos en falso. Y resulta que quien dispone el rombo, que quien dibuja sobre la pizarra de acrílico la formación del 4-4-1-1 es él, nadie mas que él.

Es que amén de la falta de confianza en su módulo táctico, Ferrara continúa a equivocarse en los cambios. Sacó a ''Brazzo'' que era de los pocos que se atrevía a encarar hacia adelante, Poulsen sale en camilla -otro lesionado en las filas, para variar- y entra De Ceglie, al que tira por la izquierda del centrocampo. Luego el Milan comienza a arriesgar en el ataque y enseguida llega el 0-2 y luego el 0-3 cortesía de un Dinho sin ''adornos'' para las gradas pero sí efectivo.

Que la cólera de los tifosi no quede sin respuestas. Luego del fischio finale los espectadores atacaron a jugadores, míster y Sociedad. Que Ferrara abandone el barco... te lo pedimos Señor!